La africana, acostada en la cama del hotel y frente al turista que se dará el gusto de probar su cuerpo, muestra la mercancía antes de follar. Él hace muchas fotos amateur para que luego sus amigos le puedan creer que se ha podido follar a una negra.
Aunque tuvo que pagar, la verdad es que no ha sido mucho. Menos de lo que puede costar un pasaje en tren en cualquier país civilizado. Sin embargo, eso no quita que se ha dado un gusto con ese coño estrecho y las increíbles mamadas de polla que hace una mujer negra.
Cualquiera de ellas lo puede hacer y eso es una marca patentada a nivel mundial. Me tienes que creer.